Las formas no surgen aleatoriamente, la intervención tiene que seguir las indicaciones de Toyo Hito en cuanto al carácter de ese espacio, hay que encontrar cuál es el carácter circulario y espacial de el edificio. El edificio se comporta como un líquido, existen conexiones verticales por las que los elementos de cualquier clase (incluso la estructura) mantiene el surtido y la distribución que hacen habitable y vivo el edificio.
Para ello planteo al mismo tiempo una intervención que va a complementar las dos exigencias funcionales del espacio, la necesidad de fluidez circulatoria, y la optimización ergonómica mínima mostrada en una entrada anterior.
Al mismo tiempo, esta malla tiene la capacidad de sobreponerse a ese diagrama y poder modificarse mutuamente hasta lograr la mejor respuesta en cuanto a la ergonomía y la fluidez.
De tal modo, el resultado de la planta es el siguiente:
Con esta intervención se plantean dos tipologías de espacio, el público y el privado, en el primero se resuelve la separación entre distintos ámbitos de lo público porque en este caso sería de lo más correcto diferenciarlos, es el caso de evitar el solpamieto entre una escuela y el dormitorio infantil con un hospital o un gabinete de atención psicológica. En este espacio, el apartado que de día funcionaría de escuela, por la noche se comportaría como dormitorio para todos los niños gracias a la facilidad que dan los futones para colocarse y quitarse inmediatamente.
En cuanto al elemento privado compuesto por módulos se consigue dar respuesta habitacional a dos personas por módulo, habiendo 115 módulos por planta se podría alojar a 230 habitantes por planta además de los bebés pertinentes de cada pareja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario